miércoles, 29 de abril de 2009

Camino


Ha llegado la hora de volver sobre mis pasos,
por más que sembrase amnesias
en las macetas de mi tejado de recuerdos,
la memoria se encargó de añadir enredaderas.


Podría trazar una ruta en estas calles malditas
marcando cada una de las baldosas que pisé en la vuelta a casa,
pero el camino nunca es el mismo camino
ni el caminante que marcha es igual que el que vuelve
y ser distinta es una apuesta que sale cara,
ganes o pierdas.


Tengo la tendencia enfermiza
de abrir y cerrar el armario del chocolate varias veces al día
solo cuando no hay chocolate,
como si ese acto fuese milagroso,
una invocación a lo que se ha acabado;
“invócame y aparezco”
sí, pero vacía de amor,
soy un armario de cocina que no sabe llenarse solo.

Metamorfosis


Hay miedo,
miedo y vergüenza en las pupilas
donde antes centelleaba el valor,
en las retinas que no parpadeaban
ante un horizonte nublado,
donde podía esconderse una niña
que temblaba como gelatina de fresa
y parecer indestructible.


Pero las miradas cambian,
no lo quería creer
y rompí todos los espejos que me apuntaban
los que iban dictando la metamorfosis,
de yunque a mierda,
aunque nunca fui yunque,
tal vez tablón
donde es sencillo hendir muescas.


Sé de la garganta,
que se pone roja por los gritos que no se dan
y es que no es tan sencillo como lo pintan
ni tan difícil como parece,
pero sentir no se compra en los mercados de especias,
quiero ultra congelarme hasta quebrarme en mil cachitos
para esparcirme en las ciudades donde me gustaría volver a nacer
o donde sería capaza de morir,
pero el miedo vuelve,
las pupilas se contraen y restan el espacio para los sueños,
el corazón se dilata a golpe de latido
y las lágrimas ajenas pesan más que las propias,
sí,
vuelve el miedo.

martes, 21 de abril de 2009

GEN-ÉTICA

- Buenos días
- Buenos días Lucía. Pero ¿de qué vas disfrazada?
-
De putita, que no es lo mismo que ir de puta.
- Pues suena igual de feo. A demás no te veo mal vestida, es solo que te noto diferente y me ha chocado verte así, pero para nada es indecente ese atuendo, fíjate que vas muy mona, te favorecen los pantalones pitillo y las botas de tacón alto, será que como tienes las piernas cortitas te estilizan mucho. ¿y cómo es que te ha dado por vestir hoy así? Deberías hacerlo más a menudo.
- Es solo que hoy me desperté antes que el GEN, mientras me vestía él seguía dormido en algún lugar de mi mente, así que me encargué yo solita de esa tarea. Pensé que por un día iba a llenarme de nada, me iba a limitar a recoger de los transeúntes miradas lascivas y proposiciones indecentes, que por una vez iba a sentirme satisfecha con eso, con detenerme delante de un escaparate y soñar con ese vestido que cuesta el sueldo de un mes, con un armario lleno de zapatos de tacones vertiginosos, con encontrar un marido que ganase mucha pasta, y tuviese un deportivo de ensueño con el que me llevase a Baqueira todos las navidades a esquiar. Quería vestirme de putita y hacerme la ilusión de que las cosas que valen la pena se consiguen con dinero o con un buen meneo de tetas o de culo. Quería saber si podría engañar al GEN, si cuando despertase vería tan grande cambio que emigraría a otro cuerpo dejándome a mí vacía, tanto, que podría llenarme
de cualquier cosa inútil, la que fuera, con tal de sonreír once veces seguidas.
- ¿y..?
-
Nada, que cuando llegue a medio día vuelvo a ponerme la falda estampa, el pañuelo azul en la cabeza, el collar de bolitas de colores y las babuchas.
- Pues yo así te veo muy mona tía, mucho más que con esos pingajos que te colocas a veces, perdona que te lo diga. Por cierto, ¿te he dicho que he quedado para tomar café con un alto ejecutivo que trabaja en la oficina de la planta siete? Un partidazo nena, tiene un deportivo…

sábado, 18 de abril de 2009

Caída libre


Dicen que enamorarse es como caer al vacío,
siento que estoy sentada en el borde
cada vez que pienso en ti;
no me empujes,
por favor
no me empujes.

viernes, 17 de abril de 2009

Violación de silencio


Una trinchera tras las palabras,
como si fuese un buen escondite,
algo que evitase las balas que
bien o mal intencionadas
revolotean alrededor de los silencios,
adentrándose en ellos
y violándolos hasta que gritan desesperados.


Los silencios desaparecen cuando se pronuncian
y entonces solo queda un eco
prácticamente imperceptible,
solo quien conoce esa voz ahogada
quien en otras ocasiones la escuchó cantar
sabe de dónde proviene
y los motivos de ese gemido.


No sabemos si pronto o tarde
si hoy
o por el contrario ya ayer
se podía poner enmienda a esta guerra.


El ahora es lo que cuenta
y es tan volátil e incierto
como una bocanada de humo.

miércoles, 15 de abril de 2009

Jet lag


Y de pronto me siento como un gato sin pelo ni uñas, desprotegida, desnuda, sola.
Es lo que tienen los aeropuertos, que la gente va o viene, pero nadie se queda, siquiera los guardas de seguridad se quedan.
Soy un gato, sí, pero de esos que odian dormir en un sillón, de los que se enamoran de los perros y envidian a los pájaros. Soy un gato con miedo a las alturas y aquí estoy, esperando un avión que me lleve de vuelta a mi mundo, aunque mi mundo se componga de pedacitos de otros mundos ajenos y se tambalee cada vez que alguien se aleja de mí, aunque lo niegue, aunque me cuente cuentos a mí misma diciéndome que nadie ni nada me importa más de lo que me importan las cosas que no me importan demasiado.
Ahora estoy abisagrada a esta mesa con mi medio sándwich que sabe a queso rancio, una botella de agua a medio beber, el bolígrafo danzando entre los dedos y dudas, y con la certeza de que mi única salvación se encuentra aquí, sentada en esta silla.
Soy tan pequeña (o el mundo muy grande). Por más que lo intente no consigo sonreír diez veces seguidas sin sentir después ganas de llorar. Me extingo un poco en cada lágrima y sin embargo siento alivio con cada gota.
Quiero saber querer sin dejar de quererme y dejar de querer cuando no me quieren, tal vez si lo logro encuentre la clave de este cubo de Rubik que me posee, tal vez entonces pueda dejar de soñar sentada en sillas de aeropuerto con un cuaderno delante lleno de palabras incoherentes.
Pero todavía no ha llovido lo suficiente, no puedo pensar en azul, ni sentir en azul, todo es de un gris que abruma y entre tanta niebla me pierdo a mí misma, no me oriento porque no grito, ni grito por no asustarme o estorbar este letargo, pero indudablemente tengo miedo, un miedo atroz de volver a los poemas que hablan por mí, porque no soy solo la mano que dicta la letra, soy verso, la metáfora que nadie logra comprender, y me releo intentando encontrarme de nuevo, pero me pierdo cada vez que me escribo y al buscarme busco a otros olvidándome de mí, sin darme cuenta que ese “tú” que busco en realidad es el “yo” que no encuentro.
Barajas 14.4.09

Tristeza, muerte y otros trucos

Puedo colgarme un verso del cuello
y morir asfixiada por tus palabras,
poco podrías hacer
más que venir hasta mí
descolgarme de esta altura
en la que los pies no me alcanzan al suelo
y zarandearme hasta que se caigan un par de sonrisas
esas que sabes que guardo bajo la manga
para hacer trampas cuando juego con la tristeza,
ella se quedó a vivir en mí
ya hace años plantó las maletas en lo alto del armario
y me visita cuando tú no estás,
ella habla de la muerte,
engorda con los silencios,
me trepa por las piernas hasta llegar a mi oído,
mata mis musas y acusa a las tuyas llamándolas putas
yo me esfuerzo por no creerla,
le digo que la muerte no es más que despertar de esta vida
entonces me abre la ventana
invitándome a saltar
porque sabe que una vida no vale tantas lágrimas,

entonces me acuerdo de ti
de la nube que ronronea a mi lado

y de los peces
y pienso que con un buen “truco” siempre se consigue un “trato”;
yo no lloro tanto y ella pone rejas a mis ventanas,
prometo hacer vegetarianas a las arañas,
escribir más versos de amor
y ella callarse en el momento en que el sol se duerma
y que si alguna vez he de morir
permitirá sea con uno de tus versos enredado en mi cuello.

martes, 7 de abril de 2009

Ser o no ser


Se puede nacer hombre y tener suerte
pero la suerte se lleva entre las piernas
no es como colgar el calcetín en la chimenea
y esperar que Papa Noel venga y te lo llene,
se nace con ella,
como con las tristezas, dicen.


Hay un escaparate inmenso para ellas
donde ellos se asoman
y no ven más que nubes de algodón con olor a nubes,
chicas vestidas de blanco que saltan y bailan,
las veo
y no puedo más que desear tener la regla todas las semanas.


Un mago sin chistera
me dijo que ansiaba ser mujer,
pienso que si fuese mujer ya no sería mago,
sí, tendría la suerte que se lleva entre las piernas
y posiblemente algún día sería un huevo Kinder,
pero los magos dan equilibrio al caos
y consiguen que las chicas de los anuncios
vuelvan a reír después de llorar.
Para Billy MacGregor...

viernes, 3 de abril de 2009

De vuelta

Vuelvo a no dormir,
a las noches insomnes,
a hacer montones con cosas
con pares y cabos sueltos
que nunca consigo enlazar.

Vuelvo a revolverme en la cama
a despertarme con las manos sobre mi pecho
y los pies helados,
a pensar más de la cuenta
y olvidar como se olvida,
a beber más de lo que como
a llorar menos de lo que siento,
a no llamar pidiendo auxilio
a mirar en el espejo a esa extraña que se disfraza de mí.

Vuelvo a las andadas,
siempre descalza,
a olvidarme la ropa interior al salir a la calle
y recordarla justo antes de la ducha,
a odiar al mundo y su condicionalidad.

Vuelvo,
siempre vuelvo
al menos es mejor que perderse para siempre.