jueves, 28 de mayo de 2009

Exactamente yo

A veces siento unas ganas terribles de ser otra, de no ser yo. En realidad lo que pido es seguir siendo yo pero sin que nadie lo sepa, siquiera los espejos. Despertarme una mañana y que la persona que duerme a mi lado me diga “¿quién eres tú?”. Entonces pedir disculpas por mi descaro, hacer la maleta e irme lejos, a donde sea. Porque en el trabajo tampoco me conocería nadie, siquiera mi jefa (que soy yo misma), qué sinsentido ¿verdad? Pero este es mi sueño y en mi sueño vale todo.
Me cambiaría el nombre, sí, me llamaría Lucía y me pondría como apellido el nombre de un mes, Noviembre, porque es el mes de las nubes. Entonces sería como la “chica gris” y daría largos paseos por la playa esperando encontrar algo que encaje perfectamente en el hueco que tengo en el pecho, que llene el vacío, solo que mi gato no se llama Copérnico, sino Nube y no sabe llorar (de eso ya me encargo yo los días de lluvia).
Caminaría todo el día descalza, porque me encanta sentir el suelo, su temperatura y texturas, porque en mi sueño no existen los cristales rotos desparramados por el suelo. Dormiría en una cama de corcho, porque ahora que sé como son los alcornoques el corcho me gusta mucho más, o tal vez no dormiría,¿quién sabe?
Mientras tanto seguiré por aquí intentando ser lo más yo posible, lo más genéticamente inexacta.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El poema más triste del mundo


Necesito escribir el poema más triste del mundo
y leerlo hasta quedar deshecha,
después lloraré en vertical
como lo hacen las muñecas,
cerraré fuerte los ojos esperando un milagro,
el deseo que todavía no he sabido pedir
y me echaré a dormir
hasta que el sol prometa dedicarme su próximo amanecer
o el mar todas sus caricias,
porque el mar ama a los poetas
y los poetas le aman,
quizá por eso huelo a sal.

Siento un vacío tan grande
que quisiera beberme todas las palabras
esas que nadie se atreve a decir,
las que dan vergüenza por ser demasiado dulces
demasiado bonitas,
quiero llenarme de todo lo que no tienes
para poder llevarlo hasta ti,
tú que siempre apareces en los silencios
a ti,
que te quiero con odio porque te necesito,
que he llegado a amarte con la fe de los infieles.

Voy a escribir el poema más triste del mundo
y te lo regalaré
porque sé que coleccionas penas,
que amas el mar porque eres poeta,
y crees en los amaneceres porque te los cuento
aunque tú no los veas como yo.

Por creerme aunque no lo sepas
porque creo en ti aunque no te vea…

Trhistorias

Pensarás que me he olvidado de ti
cuando es mi nombre el que no recuerdo.

Si me necesitan con mucha fuerza
soy la que deja de necesitarse
y me pierdo,
olvido que me gustan las pompas de jabón
y las bolitas de corcho,
me olvido de los versos,
de los poetas,
de Sabina,
de las notas de mi guitarra
y los acordes de mi voz.

Pensarás que solo te recuerdo al echarte de menos
cuando es tu recuerdo lo que menos olvido.

Pasan los días
y los hombros se cansan de sostener tristezas,
tienen amnesia las comisuras de mi boca
me olvidé de cómo se sonríe,
ojalá me olvide también de besar.

martes, 19 de mayo de 2009

Del amor y sus mentiras (II)


-Pensaba que no la volvería a ver por aquí.
-Pues ya ve, al final uno siempre termina volviendo al lugar donde le esperan. Porque usted me esperaba ¿verdad?
-Lo cierto es que sí. Después de nuestra última conversación me quedé con ganas de saber más cosas de usted. No me resulta una paciente común, es más, todavía no entiendo por qué me viene a visitar siendo psiquiatra como soy, tal vez le interesaría más un psicólogo.
-Digamos que necesito un confesor y no creo en los curas, quizá alguien como usted me entendería mejor, porque la verdad es que no necesito la redención de mis pecados sino alguien a quien contárselos. Las cosas que se hacen se van amontonando dentro y necesitan salir, así que yo le pago y usted me escucha.
-Me parece un trato justo. ¿Y qué es lo que te trae por aquí esta vez?
- Doctor, ¿usted cree que soy puta?
-Mujer, depende. ¿Usted pide dinero a cambio de favores sexuales?
-No, nunca lo hice ni pienso hacerlo jamás y no porque sea una deshonra sino porque no necesito el dinero. Pero ¿me quiere usted decir que el que pide dinero a cambio de favores es prostituta? Porque sino permítame decirle que su burdel es de los más bonitos que he visto en mi vida, a ochenta euros que me cobra la consulta es una prostituta de lujo, desde luego. Pero no, no me refería a eso. Verá, hace unos días un amigo me dijo que si fuese puta sería la puta más romántica que existe.
-Bueno, es un halago bonito, solo que quizá no está dicho con las mejores palabras y lo has malinterpretado.
-Es que yo no quiero ser romántica, solo quiero ser puta.
-¿Eres puta?
-He dicho que quiero serlo. El me dijo “si fueras puta….”, con lo cual me queda el romanticismo y lo odio. ¿Cómo se puede ser romántica sin creer en el amor? Y me odio a mi misma porque no sé hacer el amor sin amor, siquiera se follar sin amor, sin besar en la boca. Y no creo en el amor no porque no exista, sino porque haciendo como que no le veo tal vez desaparezca. Cuando era pequeña y quería esconderme de alguien me bastaba con taparme los ojos con las manos y esa persona desaparecía, incluso el miedo que sentía en ese momento.
-Pero ahora eres grande Lucía, eso ya no vale. Cuando abras los ojos el problema seguirá estando ahí justo donde lo dejaste, solo que posiblemente se haya hecho mucho más grande. Los problemas hay que afrontarlos. Y para eso, créeme, no hace falta ser puta.
-¿Sabe donde siento yo el amor? Entre las piernas. Cuando ya no quiero a alguien dejo de excitarme y soy capaz de masturbarme pensando en una pared blanca antes que hacerlo pensando en él.
-¿Eso te ocurre muy a menudo?
-¿Lo de masturbarme? Todos los días.
-No Lucía, eso no. Te preguntaba acerca de los hombres de los que te desenamoras.
-Sí, me pasa demasiadas veces y demasiado pronto, algunos en la misma noche que los conozco, justo después del sexo les dejo de querer. Les aborrezco de tal modo que no vuelvo ni a llamarles, con otros llega a la segunda o tercera noche. Sobre todo me desenamoro de los que no saben abrazar bien.
-¿Qué buscas en ellos, amor, cariño?
-Yo no quiero que me quieran, solo que me abracen. Me dejo follar con tal de que me abracen muy fuerte.
-Entonces les das sexo a cambio de cariño.



Lucía se levantó de la silla, sacó ochenta euros de la cartera, los puso delante del doctor con una sonrisa triunfal, agarró su abrigo y se dirigió hacia la puerta.
-Usted ofrece su consulta a cambio de ochenta euros y yo mi cuerpo a cambio de cariño. Ya lo hemos conseguido doctor, somos putas. Muchísimas gracias por ayudarme a descubrirlo.
Se marchó de allí tranquila, solo le quedaba matar el romanticismo (otra vez).

viernes, 15 de mayo de 2009

Labios sin labios


¿Cuánto hace que no me besan en los labios?


Uno de esos besos
en los que la lengua llega hasta el corazón
y sientes que el amor te palpita entre las piernas,
quieres arrancarte la piel
o volverte caníbal,
despiertan las ansias de beber lo que no quita la sed,
hacerte agua en boca ajena,
despojarse de las ropas sin bajar de los tacones.


Tanto que no sé a qué sueno cuando beso,
de que color veo el mundo reflejado en otros ojos,
cómo se desenredan las pestañas
que aprovechando el momento
se dedican a hacer el amor sobre los parpados.


Tanto que tengo el paladar dormido
arrugado,
envejecido,
bostezando de aburrimiento;
que tengo la boca abierta de sol a sol
rezando para que no entren moscas,
esperando tus besos,
tu lengua,
tu sexo.

jueves, 14 de mayo de 2009

Dispersa


Ando dispersa,
perdida en la neblina,
sin buscar brazos,
ni bocas, ni lazos
que se aten a mi cintura evitando el vértigo.


Son tiempos de retroceso para no caer
para no morir en un vano intento
¿por salvar qué?


Un sacrificio,
una vida por otra,
la suya que no es la mía
Y la mía ¿de quién es?


¿Acaso tuya?


Desayuno interrogaciones,
las mojo en el café y las trago enteras
porque no hay bicho que las mastique.


Tropiezo con los bajos de mi falda
y caigo en el pasillo
porque cada vez soy más pequeña,
cualquier día cabré entera dentro de una boca,
quizá me deshaga en un suspiro
de esos que nadie alcanza a oír.


Ando retorcida,
ando sin mí,
quizá por eso no me encontraste anoche
justo cuando el ayer dejó de ser ayer
para transformarse en hoy,
un hoy que amanece más temprano
y algo más nublado,
quizá por eso llegues a creer
que tengo amnesias sembradas en la nuca,
que algún día llegue a olvidar
de dónde despegan los pájaros que vuelan del este al oeste.

sábado, 9 de mayo de 2009

Con-trato


Te realquilo tu lado de la cama
a cambio de dos o tres silencios.


Mientras
esperaré dormida a tu lado el polvo de mi vida,
o al hombre del año
porque para esperar al hombre de mi vida
necesito eso,
una vida
y este proyecto es solo el prototipo fallido
de lo que soñé ser
mientras todavía llevaba chupete,
ahora las palabras que duelen
ya no salen por la boca,
son escritas en silencio
como una guerra bacteriológica.


Así que cállate
que necesito escribir lo mucho que me dueles,
lo poco que me excitas
y las ganas que tengo de volver a respirar lejos de ti.


¿Sabes que hay un lugar,
no tan apartado de aquí,
donde el sol no tiene prisa por ponerse?


Acepta mi contrato,
silencios a cambio de cama,
duérmete y calla
que mañana será otro día.

viernes, 8 de mayo de 2009

Tengo ganas de


Hoy tengo ganas
de que me hables en voz baja entre las piernas
y te entretengas hasta escucharme,
de que despeines mi cordura,
perviertas mis rodillas,
prohíbas a mis tobillos que se marchen lejos,
quiero que penetres más allá de donde siento
hasta que la respiración solo sea gemido,
los gemidos quejidos;


ser la mejor entre las malas,
que me odies para que puedas follarme sin pensar,
porque me lo merezco,
porque no soy tan buena como insinúan mis ojos,
ni tan niña como apuntan mis zapatos,
crucificarme en el umbral que divide el placer del dolor
con los clavos de tus dedos
y atravesadas las costillas,
desde fuera
hasta dentro.

jueves, 7 de mayo de 2009

Destellos


Quiero ser infelizmente libre
infelizmente mía,
por una vez,
una única vez que dure hasta mi muerte,
y poder recontar los palos y golpes
los amaneceres y atardeceres que vi
y los que también perdí por hacerme la dormida.

Al fin comprendí
que de nada sirve ser musa
si al final el poeta se folla a las malas
y me quedo siendo simplemente
la inicial en el último verso de poema,
inicial en ángulo recto que rompe la rima.


Aprendí que es más útil pedir que esperar
y más grato recibir que dar.

Los desengaños no son más que abrir los ojos,
darte cuenta de que el color rosa
no es más que una fina capa de pintura
que se cae con el tiempo
y que el violeta es el color que queda tras los golpes.

Querer ser feliz
es pretender ser otra que no se parezca a mí,
por eso quiero ser infelizmente mía
porque al fin quiero ser yo.