lunes, 28 de noviembre de 2011

A jugar....

Tranquilos que no es más que un juego  
ellos lo amasan
y nosotros lo respiramos
ellos se llenan
 y nosotros nos vaciamos lentamente
 hasta quedarnos en despojos y sombras.

Se juega en las calles
 en las casas,
se juega en las avenidas
 y debajo de los puentes
se juega sobre la cama con las piernas abiertas
 o en los baños públicos con las puertas cerradas.

Abran juego señores
que quien no juegua no ríe,
 y aquí eso de quien ríe el último ríe mejor
no cuenta.

viernes, 23 de septiembre de 2011


Sigo necesitando escribir
a pesar de los pesares y de las plumas que se elevan
aunque el tiempo siga pasando
y las nostalgias sepan más a olvidos,
pero siempre hay una espina clavada en el pulmón
que cuando se suspira más de la cuenta
entra tan dentro que escuece.

Quedan heridas con nombre propio,
sí, con nombre y apellidos que no consigo enterrar
y es que los muertos a veces se disfrazan de vivos
y vienen a visitarme entre sueños.

Sigo esperando ese tal vez,
ese algún día en que alguien venga y me hable de ti
y no sepa ponerte cara, pasado, ni sentimiento,
quiero que por fin este cáncer que me recome
termine con esa porción de corazón que me dejaste podrida.

Y ya ves, pronto,
volverán a brillar alianzas de boda de nuevo en tu mano,
darás otra vez el “sí quiero”
convencido de que esta vez será para siempre
y yo te veré sonreír feliz
desde mi pequeño rincón del mundo,
desde mi exilio voluntario,
escucharé a todos decir
“este buen chico se merece lo mejor”
y observando de nuevo cómo te sales con la tuya
sin que nadie sepa nada de NADA.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Edad y otros males

Esta extraña manera de envejecer
de descubrir que casi no me quedan versos entre costilla y costilla
de contemplar como la niña que soy
ya no tiene miedo de las cosas de antes
de cómo se va perdiendo por el camino
dejando un rastro de miguitas de pan que se llevan las hormigas,
solo en días de lluvia o de mar soy capaz de escuchar sus risas.

Esta irrefrenable manera de cambiar
de ser más menos, para bien o para mal,
de esperar lo inesperado y no desesperar por las causas perdidas.

Este vértigo de hacerse grande
 de ser para otros más de lo que soy para mí misma,
 de no saber renunciar al daño del pasado,
de ir y venir sin moverme del sitio,
 de ver pasar los días desde mis zapatillas planas.

Esta edad de madurez infantil
estos tiempos que corren, raros, a mi alrededor,
este pavor a perder de nuevo una última vez,
este cuerpo menudo que pronto se llenará de arrugas…
esta yo todavía.

lunes, 20 de junio de 2011

Para que nunca nos falten


Como apagar las velas junto a la ventana
esperando que el viento se lleve el humo que queda
tras la muerte de la llama,
no sería mas que un soplido tras mi oreja
así, suave
y ver cómo se me pone la carne de gallina,
como se eriza mi piel
 desde el hombro hasta los tobillos.

No soy sencilla,
en realidad creo que nunca lo fui.

Tal vez mañana cuando despiertes pienses en mí
 como solías hacerlo antes del después
antes del entonces que ahora ya no tiene tiempo.

Y así es como me huele la poesía cada vez que Julio
empieza asomar en el calendario,
 a ti,
y no hacen falta más descripciones
porque sabes todo lo que hay que saber
 has oído de mí hasta lo que nunca te he dicho
nos hemos rozado sin manos
 mirado sin ojos
 besado sin labios,
pero palabras… esas nunca nos han faltado,
ni nos restarán,
aunque estas ya no te calen en la misma herida de antaño
aunque ya no te penetren hasta el alma
y solo queden danzándote alrededor de la nariz.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Conversacion de MSN un sabado por la tarde

- ¿Qué haces?
- Esperar a que llueva, se está poniendo super nublado
- ¿Te gusta la lluvia?
- Me encanta
- ¿Te gusta la lluvia porque es romántica?
- No, me gusta la lluvia porque es triste
- ¿Te gusta estar triste?
- No, no me gusta estar triste, pero me gusta cómo huele la tristeza
- Qué rara eres
(tras un largo silencio de media hora)
-¿Qué estas haciendo ahora? ¿Estás ocupada?
- No, estoy viendo Bob Esponja.

Vale. soy rara, ¿y qué?

jueves, 14 de abril de 2011

Certezas

Sé que ya pronto no nos dolerá el alma
así como solía dolernos cuando nos sentábamos en el suelo
uno frente a otro a cientos de kilómetros de distancia
y así los abrazos,
los besos
y todo aquello a lo que no pusimos nombre
se nos iba quedando por el camino.

Tengo la certeza de que otra boca callará la tuya
cuando te dé por hablar más de la cuenta
o si te da por sonreír a deshora,
lo que espero es que esa misma boca
sea capaz de beberse tus lágrimas cuando las haya.

Soy así,
atípica, utópica y bastante extraterrestre,
tal vez por eso sigo siendo algo poeta en contra de mi voluntad.

Siempre te quise,
a mi manera,
que tal vez no fue manera de quererte.
Siempre me quisiste,
a tu manera,
que tal vez no fue manera de quererme.

Pero puedes estar tranquilo niño poeta,
porque sé que ya pronto no nos dolerá el alma,
no tanto como solía dolernos, ya sabes,
aquellas noches en las que no aparecías,
o aquellos lunes en los que éramos tan nosotros,
tanto, tanto…
que tuvimos que inventarnos una playa donde poder besarnos
sin que nadie más que los peces lo supiese.

domingo, 13 de marzo de 2011

Debería

"Ahora que está tan lejos el olvido,
ahora que me perfumo cada día,
ahora que sin saber hemos sabido querernos como es debido,
sin querernos todavía…"
J. Sabina


Debería ser bastante con un año de sol
para que las penas se secasen para siempre
y con ellas los malos deseos,
los recuerdos de aquel otoño que duró más de seis meses,
o aquel beso de piel que no supo más que a tristeza.

Debería sobrarnos con habernos querido más allá de los brazos
con habernos olido sobre la ropa
habernos amado entre palabra y palabra,
debería…
pero al final siempre se amontonan deudas
y es lo único que nos va quedando apilado a la derecha de cada uno,
a la izquierda de los relojes, de los segundos que pasan...

y los suspiros que no expiro
se siguen sumando al peso del tiempo que no tuvimos.

martes, 8 de febrero de 2011

Hace tiempo que me vengo perdiendo por el camino,
pedacitos de mí en los bolsillos de los transeúntes
pedacitos de mí en los callejones
en las esquinas oscuras donde no llegan los maullidos de los gatos.

Y no soy más que una mendiga de los porqués
una derrochadora de versos y miradas
una anoréxica del sufrimiento
una bulímica del amor,
no consigo pasar desapercibida
porque las miradas al otro lado del cristal son capaces de descifrar mis huellas
y no hay asilo para los silencios
ni para las pesadillas que redundan cada noche.

Guarda el amor, amor,
que no vengan a robarlo los buitres de las azoteas,
que no nos lo azoten hasta amoratarlo,
ni que lo enviden las miradas verdes.

Ven a mi cama mañana mientras todavía duermo
y recomponme, tú que tanto me conoces,
tú que sabes a qué sé,
aquí,
porque solo me encuentro entre las sabanas.