viernes, 28 de septiembre de 2012

Como lluvia


No soy todo magia y poesía
no soy arcoíris y sonrisa,
detrás de mis ojos solo soy huesos y pellejo
y pena infinita
y vacío
y lágrimas.

No soy evidencia, palabra y acción,
ni soy fácil ni concisa,

soy marea y abismo,
avispa en diciembre,
helado en enero,
todo fuera de lugar, caótica y descolocada,
árida e inundada.

No soy tanto ni tampoco,
ni soy también,
solo soy entonces y a veces
y espera que ahora vuelvo,
o mejor no me esperes porque no sé donde voy.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Con letras


Me enseñaste a besar con letras
y eso es lo más difícil elevado al cubo
porque yo soy de bocas, de carne y de saliva
de cuerpo, de brazos, manos y me embalo
me lanzo contra el muro con los ojos cerrados
 si eres tú quien me dice que va a evitar que me estrelle,

y he tenido que quererte porque sí
porque si no me muero
y tú tuviste que quererme porque lo digo yo
 porque si no dejaba de respirar y desaparecía,
así fue;

me dijiste que era rara
y yo me enfadé
 porque no soy rara, soy diferente,
ahora ya lo entiendes y también sabes por qué huelo a vainilla
pero no me quieres contar el secreto
para que ningún otro hombre lo sepa;

me llamas pequeña
entonces me vuelvo tonta
y mimada y frenética y sonrío con los ojos
y te beso con letras como tú me enseñaste.

jueves, 30 de agosto de 2012

Aburri'miento

A veces me mastico y descubro que soy de ceniza
que no tengo nada
siquiera me queda la lluvia,
solo un sol que amanece y amanece mientras bostezo
esperando que la luna llena se quede un poco más,
cruzando los dedos
deseando que algo pase,
algo grande como un Armagedón
o como una hecatombe nuclear,
algo, algo,
lo que sea,
pero que pase y me sorprenda
me haga tiritar
y temblar como una niña que piensa en el Coco.

jueves, 16 de agosto de 2012

La oscuridad es un muro infranqueable donde no hay más allá

lunes, 13 de agosto de 2012

A destiempo


Diluvian soles en esta ciudad de arena y asfalto
Todavía es lunes, otra vez agosto,
sigo siendo un número más en la cola de caja
ando perdida entre enredos y espejismos;

y así la poesía llama a mis sienes,
toc, suena, toc, duele,
porque no me olvida,
porque me busca y me persigue,
porque me quiere para ella en exclusiva
y le da lo mismo el amor y la sonrisa,
le gusto triste, sola enfadada,
me quiere alcohólica y ninfómana,
me quiere bohemia y perdida,
desnuda, frágil y expuesta.

Y no me queda más remedio que caer en sus redes
y sangrar un poco algún que otro verso
para que la calma
vuelva de nuevo a mis manos manchadas de tinte rojizo.

sábado, 16 de junio de 2012

Mundo al reves

No pude quererte
porque yo necesitaba un hombre de futbol y sofá
de cerveza en la mano izquierda y mi teta en la derecha,
de “me rasco los huevos porque me pican”
y “prepara la cena que tengo hambre”.

Porque yo no quería un poeta
ni un bohemio con gen,
yo solo esperaba a un hombre que me dijese
 que la luna no es más que un satélite
y que las sirenas no existen
y que si las hubiera estarían todas explotadas sexualmente
por tener cola y tetas a la vez.

No,
no pude quererte,
porque ya me costaba entenderme a mí misma
 como para pretender mezclar mis genes con los tuyos
 en un baile entre cama, libros y estanterías,
en una muerte de versos, té y desesperanza.

No pude quererte,
porque en el fondo no quería que tú me quisieras,
 porque mejor lejos que muy acompañados,
 mejor tristes,
porque cuando uno es feliz se olvida de cómo se escribe
y a mí me gusta leerte, perderte…
y volverte a leer.

lunes, 16 de enero de 2012

En espiral

Contener la respiración para desaparecer  para transformarse en materia voluble ,
cambiante,
en otra.

Inspirar hacia fuera y expirar hacia dentro
como si nada fuese lo que parece,
morir para matarte sin que nadie tenga que perder.

Odiar mientras te aman
para seguir al pie del cañón
 por si acaso alguien se acerca por detrás con sigilo
 para asestarte la puñalada trapera.

Jugar a la mujer fatal sin sonar fatalista,
dar miedo a los lobos que merodean en busca de caperucitas sin abuela
y ser valiente en medio de este bosque de coches y asfalto.

Respirar la lluvia a través de los poros y llenarse de ella
 como la arena en el desierto filtrándolo todo hasta el corazón,
como mi piel hace con tu saliva,
como tu boca hace con mi lengua.

Caer para después levantarse
y acto seguido sin a penas sacudirse las rodillas volver al caer
en espiral.