Amaneces
y contigo se iluminan todos los rincones oscuros
que no eran capaces de iluminar las luciérnagas .
Tengo estos brazos que
hasta ayer estaban huérfanos
y ahora están tan llenos de ti
que no me canso de extenderlos para cobijarte,
has llenado tanto esta casa
que voy a tener que abrir las ventanas para abarcarte.
Sonríes
y vuelve a ser primavera en mi corazón de otoño,
y florezco y brillo
como una niña con zapatos nuevos.
Y canto,
cómo soñé que lo haría,
como lo hacen las sirenas a los marinos perdidos,
para invocar a Morfeo,
para que te ayude a llegar en sueños
hasta el país de Nunca Jamás
y encuentres a los niños perdidos,
y vueles con ellos
al menos por esta noche.
Y mañana cuando amanezcas
mamá seguirá aquí,
a tu lado,
respirándote como oxígeno,
bebiéndote como agua
porque si tú no estás
yo me muero.
2 comentarios:
Qué bonito escribes
Precioso. un abrazo.
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