domingo, 2 de agosto de 2009

Hasta pronto

Lo más curioso de mis partidas es que sé que voy a volver, la incertidumbre reside en cómo estará todo a mi regreso. Mentiría si dijese que no tengo miedo, tengo un pánico terrible revolcándose en el pecho que de vez en cuando me pellizca el estómago. A veces el mejor modo de hacer las cosas es justo el contrario de como lo haría la gente que tengo alrededor y eso es como caminar sobre una pasarela de madera suspendida por unas cuantas cuerdas, se tambalea produciendo vértigo y miedo a caer al vacío, pero si no lo hago nunca sabré qué hay al otro lado, porque de momento sé qué hay en este y no me gusta nada.
Lo peor de algunas despedidas es que son para siempre y siento que la mía lo es, no para contigo, pues seguiré por aquí dando la lata.
Es la primera vez que salgo de detrás de mis letras para mostrarme tal y como soy, sin personajes ficticios de por medio, sin prosas ni versos. Digamos que soy una cobardica y que prefiero meter cachitos de mí en pieles ajenas, es mucho más fácil capear la realidad de este modo, jugando al despiste. Quien me medio conoce (porque conocerme entera es algo que no he conseguido ni yo misma) sabe que soy un poco caótica, que estar cerca de mí es como observar una montaña rusa un sábado de feria.
Hoy necesitaba hablarte, contarte que mañana me marcho de aquí para intentar encontrar… ¿la felicidad? No sé, creo que la felicidad no es algo que se encuentra metido en una caja envuelta en papel de regalo, lo cierto es que la felicidad se encuentra en cachitos pequeños esparcidos por ahí, mi última felicidad y una de las más grandes la encontré junto a unas casitas de playa, pero eso es algo que me guardo. Hay felicidades de muchas clases, como las casualidades.
Lo cierto es que no sé que quiero encontrar, a mí misma supongo, hace tiempo que me perdí. Es fácil perderse cuando te das cuenta de que te puedes vender a cambio de una mierda, de que quien te tiene que querer te quiere de una manera que hace que dejes de quererte, aunque él no se dé cuenta y después de tanto tiempo siga pensando que nadie te amará de ese modo. Es fácil perderse cuando en un momento dado sentiste que la vida no valía la pena y que si no fuese por esas dos o tres personas que te quieren con el alma sería absurdo continuar para seguir sintiéndose un trapo con el que limpiarse la fatiga.
Mañana a estas horas tal vez esté llorando sola, en la cama de una habitación de hotel o puede que sonría mientras miro la luna reflejada en el mar de una playa del este, de lo más al este que nunca he estado, mientras pienso en ti, aunque si pienso mucho en ti quizá también llore por no tenerte a mi lado. El no saber no me da miedo, me gusta mirar a delante y ver que tengo un camino por andar y que todavía no hay marcas en el suelo.
Solo quería darte las gracias por este tiempo que has estado conmigo, leyéndome, emocionándote, hablándome en cada mensaje, quizá decepcionándote, aburriéndote, por el momento hasta aquí llega uno de los capítulos de mi vida, espero que a partir de ahora todo sea un poquito más fácil y si por lo menos no puede serlo, que siga siendo emocionante.

Gracias por estar tan cerca, volveré pronto (sin promesas).

4 comentarios:

Gata dijo...

En los márgenes de los mapas antiguos podía leerse.
- "Más allá hay dragones..."- pero era mentira, así que tu sigue y sigue más allá, mucho mucho más allá...y si quieres un día nos lo cuentas. Ojala lo logres, yo un día emprendí ese viaje del que hablas, pero decidí volver...no sé si fue una buena decisión, pero fue mía y eso ya es mucho...

¡Bon Voyage amie! y¡suerte!

besos

Ana Clavero dijo...

No sé por qué no ha salido el mensaje que dejé esta mañana. Sólo quiero decirte, niña, que te deseo que ese camino que te queda por andar esté cuajadito de felicidad.

Si en algún momento me necesitas ya sabes donde me tienes. Procuraré seguir sorteando lo mejor posible las distancia que nos separa en el tiempo.

Un abrazo, preciosa. Cuídate

Giovanni-Collazos dijo...

Ahora que empezaba a seguir tu blog con cierta frecuencia, te vas.
Pero lo entiendo.
Son necesarias las huidas sanadoras.

Un abrazo.

Gio.

Nebroa dijo...

Dónde vas? dónde te marchas? por qué no mostrarte desde ese otro lugar?...
Eso es lo primero que me sale al leerte, con el egoismo por bandera diciéndome que yo lo que quiero es seguir disfrutando de tus letras!
Lo segundo, cuando la sensatez aparece es decirte que adelante, que ánimo, que des los pasos que creas necesarios para encontrarte, que quizá no lo consigas del todo, pero tal vez en esa búsqueda sí aparezcan más trocitos de ti que creías perdidos. O que eran desconocidos...
Que no pierdas nunca, en el camino, todas esas cualidades que posees, las que guardas, las que muestras y las que no, las que llevas en la mente y las del corazón. Y nunca dejes de escribir