martes, 8 de octubre de 2019

Gris



No tenía nada, 
estaba tan vacía que el viento silbaba a través de mí. 
Era la chica gris que lloraba tras la ventana 
cuando nadie miraba.
Entonces llegaron las estaciones, 
los trenes,los aeropuertos 
y el pellizco en el estómago que me gritaba ‘huye’,  
mientras mi mano asía con fuerza la maleta. 
No era más que despegar para volver a aterrizar 
sin ni siquiera haber atravesado las nubes.
Pájaro sin plumas remeras,
un boomerang que solo conoce el camino de vuelta a casa, 
la venda en los ojos, 
la culpa en la espalda, 
la morfina en el corazón.