martes, 8 de octubre de 2019

Gris



No tenía nada, 
estaba tan vacía que el viento silbaba a través de mí. 
Era la chica gris que lloraba tras la ventana 
cuando nadie miraba.
Entonces llegaron las estaciones, 
los trenes,los aeropuertos 
y el pellizco en el estómago que me gritaba ‘huye’,  
mientras mi mano asía con fuerza la maleta. 
No era más que despegar para volver a aterrizar 
sin ni siquiera haber atravesado las nubes.
Pájaro sin plumas remeras,
un boomerang que solo conoce el camino de vuelta a casa, 
la venda en los ojos, 
la culpa en la espalda, 
la morfina en el corazón.

2 comentarios:

Espera a la primavera, B... dijo...

Es como ver anochecer... inevitable que el sol se ponga para que pueda salir en unas horas.

Regresa siempre, L. con tus cuentos al revés que tanto te gustan y con tus palabras hechas historias...

Sólo si tú vuelves yo prometo estar aquí para leerte.

Genética Inexacta dijo...

Si tú me lees todo tiene más sentido. Quédate cerca T. me gusta encontrarte aquí.
Un abrazo desde mí este que es tu sur.