jueves, 19 de diciembre de 2013

Resolución


Te contaré que sigo abrazando nubes,
que nunca llueve lo suficiente en esta estúpida ciudad
y que poco a poco me han ido desapareciendo los lunes.

Que los amaneceres jamás son demasiado largos
y las tardes son lentas y me huelen a arena.

Te contaré que no he conseguido aplastar la poesía con el pulgar
ni apagar todas las velas de un soplido porque te olvidaste de mi cumpleaños
y te odié por ello
tanto que cuando me acuerdo falla un latido tras las costillas
y te arrastraría por el suelo, te arañaría, te humillaría
y abofetearía hasta olvidar el porqué de tanta ira,
hay parpadeos en los que dejo de ser buena.

Te contaré que ya no colecciono arañas huérfanas
que ya no salvo hormigas de naufragios
 ni colecciono desamor.

Que ya no te espero,
que ahora que no me miras puedo seguirte a escondidas,
que ahora que no me lees puedo inventarme un pasado
y así olvidar que a nosotros nos mató la poesía.

 

jueves, 20 de junio de 2013

Volátiles



Siempre ocurre que le leo
y me siento obligada a escribir,
y no es un contrato ni una apuesta
es el precio a pagar por jugar a la piromanía poética incendiaria.

Yo, que solo quería que me regalase un libro con su nombre y el mío
uno donde hablase de lo que creíamos que queríamos que podría pasar,
eso es,
un libro llego de incondicionales con condiciones en cada página,
para mí,
para la chica que nunca quiso ser poeta pero no le quedó más remedio
 porque sino reventaba como una olla express ,
de parte del chico de las tristezas infinitas,
del miedo a la distancia que nos separaba
al vértigo a la altura los lunes que se amontonaban tras mis ojos.

Ahora ya no sé ni cómo se llama,
tampoco sé si me sigo llamando como él me bautizo
o cuantas más habrán ocupado mi nombre detrás de mí.

Él tampoco sabrá que nunca conseguí llevarme a ningún poeta a la cama
ninguno se dejaba pagar con poemas
y no tenía dinero para tanto amor de novela,
para tanto héroe con pluma que perdía tinta por la suela de los zapatos.

 

domingo, 10 de febrero de 2013

Asumiendo

Es complicado asumir
que siga necesitando el papel
 para estampar sobre él el peso de la semana,
las carencias de los días
los excesos de las noches.

Es difícil entender
que todo lo de antes sea más extraño ahora
 que lo conozco de memoria
que ronda mis cicatrices y me lame la espalda;
y podría ser sencillo, lo sé,
tanto como llamarte
y pedirte que te mueras del todo,
que desaparezcas de mis pequeñas miserias
esas que teñiste de azul
y no comprendo por qué absurdo siguen aferradas
a los techos de mis sueños.

Es extraño,
todo,
tanto o más que siempre,
este morir a momentos mientras que
la que vive
sigue sonriendo por las cosas buenas que le ocurren.

Este deshacerse por dentro sin saber qué sustancia me corroe
qué rabia, rencor o grima me satura,
qué veneno me empuja a seguir escribiendo,
atacando, detestando, odiando, lacerando
cada ladrillo de este muro que no me deja ver más allá.

miércoles, 2 de enero de 2013

De "Oleo para dos"


Cuando las cosas no marchan bien se ven espejismos. Siempre he escuchado hablar de los espejismos del desierto, suele ocurrirle a gente que está pasándolo mal debido al calor, tal vez llevan tiempo sin beber agua o incluso tienen la sensación de estar perdidos entre tanta duna, entonces frente a ellos aparece un gran lago de aguas frescas y cristalinas que segundos después vuelve a tornarse arena. Julián estaba empezando a ser mi espejismo. Nunca había tenido cosas en común con Alberto, nuestros gustos musicales, cinematográficos, de ocio, en fin, casi cualquier cosa en la que se puede o se debería coincidir, eran totalmente dispares y lo que más me molestaba era que nunca daba su brazo a torcer. Ahora aparecía Julián, como por arte de magia, con su talento, su música, sus pies descalzos, la tarta de manzana, su sonrisa y tantas cosas interesantes que contar, que de pronto todo a su alrededor se llenaba de luz y tenía la sensación de que era el único camino por el que debía caminar. Una vez leí en un libro del que no recuerdo el titulo, algo que era más o menos así: “a veces es necesario encontrar la luz para darnos cuenta de que todo este tiempo hemos estado en oscuridad. Cuando esto ocurre es momento de dejar las penumbras y lanzarnos a ver a dónde nos lleva esa luz”.