jueves, 26 de noviembre de 2009

Desconfianza

Hay algo parecido a la desconfianza,
viene a ser como un puñal en la espalda
que se me clava más y más
cada vez que doy media vuelta sobre el colchón,
una duda que huele a engaño, a mentira, a burla
imposible de digerir,
una enfermedad corrosiva que se inició en mí
con solo dos células podridas
crece con las horas, con los días
y no hay ácido corrosivo que la extraiga.

No puedo mentir y decir que no duele;
me desvela de noche y me adormece,
me irrita, me altera, me posee y me desorbita,
me transforma hasta que dejo de ser yo.

Lo cierto es que para mí han muerto las cosas muertas
no me empeño en mantener vivas cosas pasadas,
pero el presente es un embudo
y me ha tocado la boca estrecha.

Qué le puedo hacer a esta vida
tan llena de mentiras, de intereses, de desprecios,
qué voy a hacerle a esta desazón
que lo ha convertido todo en amenaza.

1 comentario:

Nebroa dijo...

Y en ti, confías? Aunque sólo sea en tu corazón, aun te queda confianza? O la desconfianza de la que hablas lo ha ocupado absolutamente TODO?