lunes, 20 de junio de 2011

Para que nunca nos falten


Como apagar las velas junto a la ventana
esperando que el viento se lleve el humo que queda
tras la muerte de la llama,
no sería mas que un soplido tras mi oreja
así, suave
y ver cómo se me pone la carne de gallina,
como se eriza mi piel
 desde el hombro hasta los tobillos.

No soy sencilla,
en realidad creo que nunca lo fui.

Tal vez mañana cuando despiertes pienses en mí
 como solías hacerlo antes del después
antes del entonces que ahora ya no tiene tiempo.

Y así es como me huele la poesía cada vez que Julio
empieza asomar en el calendario,
 a ti,
y no hacen falta más descripciones
porque sabes todo lo que hay que saber
 has oído de mí hasta lo que nunca te he dicho
nos hemos rozado sin manos
 mirado sin ojos
 besado sin labios,
pero palabras… esas nunca nos han faltado,
ni nos restarán,
aunque estas ya no te calen en la misma herida de antaño
aunque ya no te penetren hasta el alma
y solo queden danzándote alrededor de la nariz.

6 comentarios:

Sangre dijo...

A veces es asi...deseamos, lo que nos dejó la huella de un reflejo...que se convirtió en todo..

Disculpame el exceso,en esta tu casa.
Me tocaste una fibra con tus poemas que estaba en deshuso ya hace tiempo...y te imagine quien no eres...hablandome con las palabras que siempre desee escuchar de otro corazon y otros labios...he de decirte que me ayudo leerte, te encontré justo cuando lo necesitaba...gracias por tu sensibilidad y tu comprensión...un beso. Carlos

Genética Inexacta dijo...

No hay nada que disculpar Carlos, de veras, gracias por estar tan presente en mis versos.
Besos desde el este

Sangre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sangre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Desconcierto dijo...

L.A.
sigo pasándome por aquí...siempre...


un beso niña!

Nikii Bo dijo...

Descubrí tus letras y las adore, espero no perder el leer lo que escribes...saludos =)