martes, 9 de marzo de 2010

Vendetta




Voy a abrir de par en par los ojos
a evitar los parpadeos
porque hoy en uno de ellos me pinché el índice con la punta de un cuchillo,
sé que esa puñalada no era para mi dedo,
siquiera para mi,
ahora todo lo que me duele rebota como un muelle por las paredes de esta casa,
todo huele a vacío
hasta la basura huele a vacío,
mi aliento,
las pelusas que se apelotonan en las esquinas.

Tengo una gata que ronronea mientras yo le maúllo al destino
al mismo destino en el que dejé de creer el mismo día que nací,
porque ya no quedan casualidades que no sean provocadas.

Estoy llena de promesas salidas de bocas que mienten
y manos que tocan más allá de lo que debieran
pensando que no hay mas ojos que los suyos
y los de aquella chica del pantalón de pitillo;
pobre del que haya olvidado que tengo un pacto con…
no sé bien con quién lo tengo, siquiera sé si ese pacto existe,
tal vez yo escribo sin piedad
y “él” me regala los sueños, las visiones
y esas vibraciones intensas que me llevan al orgasmo.

Puedes hacerte el listo,
o el idiota, que se te da mejor,
pero recuerda que a partir de ahora abriré bien los ojos y evitaré los parpadeos
tal vez seas tú mañana el que sin darte cuenta
te claves el cuchillo en el dedo corazón.


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