jueves, 14 de mayo de 2009

Dispersa


Ando dispersa,
perdida en la neblina,
sin buscar brazos,
ni bocas, ni lazos
que se aten a mi cintura evitando el vértigo.


Son tiempos de retroceso para no caer
para no morir en un vano intento
¿por salvar qué?


Un sacrificio,
una vida por otra,
la suya que no es la mía
Y la mía ¿de quién es?


¿Acaso tuya?


Desayuno interrogaciones,
las mojo en el café y las trago enteras
porque no hay bicho que las mastique.


Tropiezo con los bajos de mi falda
y caigo en el pasillo
porque cada vez soy más pequeña,
cualquier día cabré entera dentro de una boca,
quizá me deshaga en un suspiro
de esos que nadie alcanza a oír.


Ando retorcida,
ando sin mí,
quizá por eso no me encontraste anoche
justo cuando el ayer dejó de ser ayer
para transformarse en hoy,
un hoy que amanece más temprano
y algo más nublado,
quizá por eso llegues a creer
que tengo amnesias sembradas en la nuca,
que algún día llegue a olvidar
de dónde despegan los pájaros que vuelan del este al oeste.

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