viernes, 18 de septiembre de 2009


A veces quisiera que el futuro tuviese nombre propio,
uno compuesto donde cupiésemos los dos,
también le daría un apellido con nombre de mes de verano
para ver una eternidad cómo el mar te moja los tobillos.

Creo que nunca te dije que las tristezas duermen en mi nuca
y que cuando las soplas se marchan tan lejos
que casi consigo olvidar que existían.

Tampoco te dije
que necesito tu cuerpo desnudo sobre mi
porque con cada gota de sudor que me salpicas
consigues anestesiar un fantasma,
y créeme, los tengo de muchos colores
a veces los ordeno del más guapo al más feo
pero siempre se terminan enfadando y se vuelven contra mí.

Debo contarte ahora
(que todavía tienes tiempo de salir corriendo),
que las nubes hacen nido detrás de mis párpados
y siempre llueven en el momento más inoportuno
aunque seas capaz de decir que me quieres
por lo menos doscientas veintisiete veces al día;

que no siempre huelo a vainilla
porque la pena huele a algo parecido a la distancia
o a los silencios
y tal vez tú no creas en ellos
pero yo sé que existen y que se hacen grandes cuando no te veo.

Quiero decirte que quererte
es lo más parecido a la fe,
a cerrar los ojos e imaginar que “mañana”
es mucho más que veinticuatro horas después
y que durará todo el tiempo que consigamos mantener nuestras bocas unidas.

Puedes correr hacia el norte,
lejos,
donde no te alcancen mis versos,
pero si has de hacerlo hazlo ahora
o por el contrario quédate a mi lado
ayudándome a sostener esta inexactitud que tanto odio.

4 comentarios:

K. dijo...

cuando me levante, antes de seguir...te releeré

Nebroa dijo...

No sé si se quedará, oyendo tus tristezas y lamentos gritar en plena calle, pero mostrarlas te hace merecer aun más que ese mañana llegue a ser hoy inmediatamente!

Genética Inexacta dijo...

Reléeme todo lo que quieras Extremeño, por aquí ando todavia.

Besotes miles a cambio de un joooool, porfa,que hoy me hace falta.

Genética Inexacta dijo...

Hay cosas que irremediablemente no llegan Nebroa, a veces el destino o vete a saber quién, se empeña en truncar... pero eso mejor lo cuento en otro poema.
Besotes linda!