viernes, 26 de junio de 2009



“Y perdona nuestras deudas
como nosotros perdonamos a nuestros deudores”
(Mateo 6:12)







Olvidé cómo se descuentan las cuentas pendientes;
de promesas por romper,
mentiras por cumplir,
de montañas de copas de hielos fundidos
de bocas besadas
de cuerpos desnudos en camas ajenas,
de vacíos llenos de alcohol,
de lunas llenas sin estrellas.

Se consigue olvidar cuando ya no recuerdas
pero la memoria es una quinceañera con tacón de aguja
sin hora de vuelta a casa.

No sé perder la cuenta,
solo los zapatos pares y las llaves,
los aviones,
el bus,
los chicles de fresa
y a ti, que todavía no te he encontrado.

Tengo una lista de nombres por adoptar
para escapar de las deudas
para que nadie recuerde cómo me llamo,
solo el tono de mi piel
o la cadencia de mi voz;

para que cuando piensen en mí
me recuerden como la chica de las letras tristes;

para escapar de las responsabilidades
que dejé escondidas encima del armario por escocer demasiado.


2 comentarios:

hécuba dijo...

Me gustan tus poemas.
:)

Genética Inexacta dijo...

A mi me gusta mucho verte por aquí, asi que ya sabes, quedas invitada siempre que quieras.
Besotes!!