jueves, 30 de julio de 2009

Cifras (VI)

Me acerqué y la abracé fuerte, muy fuerte y pensé que no importaba que ya no fuese una niña o que fuese a casarme y tener mi propia familia, junto a mi madre sentía que nada malo podía pasarme. La besé en la cabeza y fui al cuarto de baño en busca del teléfono para llamar a Ramón, por una vez era yo la que le iba a regañar por retrasarse, marqué su número con aire victorioso pero no conseguía contactar, el teléfono no reaccionaba. Me acerqué a la ventana buscando cobertura y entonces sí, llamé. Pero el teléfono seguía sin conectar. Pedí a mi hermano que me dejase llamar con el suyo, pero tampoco reaccionaba, así que llegué a la conclusión de que era el de Ramón el que no tenía cobertura. Me senté junto a mi hermano en el sofá a ver los dibujos animados y le recriminé que la edad que tenía ya no era para como para estar viendo cosas de niños, pero lo cierto es que a mi también me gustaban, solo que no podía desaprovechar la oportunidad de hacerle rabiar. En la calle había un día movidito, desde hacía algo mas de media hora sonaban sin parar sirenas de policía y de ambulancias. Ya eran las 8:30.
Cortaron la emisión de lo que estábamos viendo para hacer un avance informativo. Las imágenes eran de la estación de Atocha, decían que había habido una explosión y algunos heridos, pero que de momento no se sabía nada más. Le quité el teléfono a mi hermano y volví a llamar a Ramón, pues él tenía que bajar en esa estación, pero seguía siento inútil contactar con él.
Me parecía demasiado extraño que no me llamase aunque fuese desde una cabina. Quería ir hasta allí pero me lo impidieron, mi madre decía que lo mismo nos cruzábamos los caminos y que lo mejor era esperarle en casa. Buscamos los canales donde hubiese informativos y cada vez hablaban de más victimas mortales y un montón de heridos. Ya no solo había habido una explosión sino varias. Ya eran las 9:30.
Lo que pasó a continuación lo recuerdo como si lo hubiese vivido en un sueño. Sonó el teléfono de casa y mi padre lo cogió, mientras escuchaba lo que le decían desde el otro lado se volvió y me miró con la cara pálida. Era la hermana de Ramón.
Supongo que a estas alturas no hará falta que os diga que Ramón murió ese día. Le arrebataron la vida de la manera más absurda, por el motivo más absurdo y con la mayor frialdad posible.
Ahora me paro a pensar en las veces que lloré mientras él estaba trabajando en la frontera de Gaza, el miedo que sentía cuando me paraba a pensar que podía pasarle algo malo. Si de algo me alegro es de no haberle retenido aquí por mi propio miedo, al final el cumplió su sueño y aunque mis pesadillas también se materializaron ocurrió tan solo a un par de kilómetros de mi propia casa.

Una vez, cuando todavía era pequeña la maestra nos pidió que hiciésemos un dibujo sobre la guerra y como a mi no me gustaban las guerras dibujé una novia con un ramo de flores precioso.

4 comentarios:

Giovanni-Collazos dijo...

Sigo la historia... muy bien por cierto.

He visto en el Blog de Ana Clavero una foto donde sales con ella y las dos son muy guapas, felicitaciones por ello!

Un abrazo.

Gio.

Gata dijo...

Jo...me has dejado
¿es real? quiero decir no es un post inventado ¿no?
Ese día fue horrible, a mi casi me pilla, llegaba tarde al trabajo, me dormí y mi madre me llamó al móvil asustada preguntándome q donde estaba, le dije q en casa que llegaba tardísimo, me dijo "enciende la tele" y se echó a llorar. El día 12 nos depositó el tren en las vías del Ave, porque Atocha estaba destrozada. Ví el tren aparcado en la vía de al lado, nunca olvidaré esa imagen. Sólo ibamos en mi vagón de tren una pareja, una chica enfrente de mi asiento y yo. Nos echamos a llorar y nos abrazamos como si nos conocieramos de toda la vida.
Lo siento mucho
Besos

Genética Inexacta dijo...

Gracias Gio, por partida doble, me gusta verte por aqui.

Besos desde el este

Genética Inexacta dijo...

NO es real Gata, pero podría serlo, por qué no? Quién te dice que la chica que te abrazó llorando ese día en el tren no era la protagonista de la historia? Seguro que en ese andén murieron cientos de historias distintas, alguna posiblemente sería parecida a la de Ramóm, quizá no, pero eso ya nunca llegaremos a saberlo.
Se te siente cerca GAta, y eso me gusta,
Besotes